La importancia de sentirse importante no es ninguna broma

Existe una norma, no sabemos si escrita o no, que los entrenadores siguen, salvo contadas y rarísimas excepciones, para triunfar en un trabajo tan inestable como el suyo: “Haz que tus jugadores, los que sean, se sientan importantes en el equipo. Así conseguirás que su rendimiento en el campo se duplique o triplique”. En el actual Lleida Esportiu tenemos uno de estos ejemplos en la figura del futbolista Manuel Jesús Vázquez (Huelva, 1991), más conocido como Chuli como nombre de guerra. En su club natal despuntó en su debut con 15 goles en 36 partidos. Y, a partir de ahí, nada. Cesión tras cesión y cada vez peor hasta que llegó al Camp d’Esports.El primer año no pasó de discreto con Martí y Seligrat, el efímero, pero con Ángel Viadero fue otra cosa. Acabó la temporada con aprobado alto pero en esta 2023-2024 se está saliendo. Los compañeros le buscan y él responde. La afición le adora (su “Chuli, Chuli “ ya es un clásico en la grada) y él también a ella. Se siente importante, con confianza y juega mejor. Bueno, él y el resto de sus compañeros. Ayer su gol abrió el camino de la victoria ante el Andratx. Tres puntos más con su diana ser el pichichi de la categoría. Viadero ha apostado por él. Su guardia pretoriana no va más allá de trece, catorce jugadores. Una jugada arriesgada, sí, porque si las cosas vienen mal dadas será un verdadero problema, pero de momento es todo un acierto. Imbatibles en casa (siete de siete ya comienza a ser destacable) y con tan solo dos derrotas en los desplazamientos, este Lleida hace soñar a un Camp d’Esports entregado. Y además, todos los resultados de la jornada le fueron de cara (¡Vale: no siempre será así!) pero ahí está la cosa. Líderes con tres puntos de ventaja sobre el segundo, Hércules; cuatro al tercero; cinco al cuarto y, ojo al dato.. once al quinto, que cierra las plazas de play off.