La pena de muerte pierde adeptos
Las ejecuciones se reducen casi un tercio durante este último año en todo el mundo según Amnistía Internacional || Los principales ejecutores, Irán, Arabia Saudí y Vietnam
En 2018 se produjeron alrededor de 690 ejecuciones por las casi 100 de 2017.
El número de personas ejecutadas en todo el mundo se redujo en casi un tercio en 2018, cayendo a su nivel más bajo en 10 años, según un análisis de la ONG Amnistía Internacional (AI) presentado ayer en Londres. Para la organización estos datos reafirman que la pena de muerte pronto quedará relegada “al rincón de la historia”, si bien ha habido algunos países que han vuelto a aplicar la pena capital tras años de moratoria. “El drástico descenso de las ejecuciones demuestra que, incluso los países más insospechados, están empezando a cambiar sus prácticas y a darse cuenta de que la pena de muerte no es la solución”, subrayó ayer el secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo. Según la información recopilada por la ONG, sin contar a China que cada año ejecuta a miles de personas pero no ofrece datos oficiales, en 2018 hubo al menos 690 ejecuciones, frente a las 993 contabilizadas en 2017. El retroceso vino motivado por la caída en el número de ejecuciones en Irán, segundo país con más ajusticiados, con al menos 253 en 2018 pero un 50 por ciento menos que el año anterior y un tercio del total. En la lista de los principales ejecutores le siguen Arabia Saudí, con 149 ejecutados; Vietnam, con 85 que publicó datos oficiales en “un gesto sin precedentes” e Irak, con al menos 52 y donde las ejecuciones se multiplicaron por cuatro. Asimismo AI alertó de que varios países, entre ellos Bielorrusia, Japón, Singapur, Sudán del Sur y Estados Unidos, han experimentado un incremento de esta práctica. Además, en 2018 se contabilizaron unas 2.531 condenas a muerte por las 2.591 de 2017.
