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El proyecto de conservación del águila perdicera en Lleida consigue que vuelen 13 crías este 2019

La asociación La Sabina alerta que en los últimos años sólo en el Segrià se han encontrado 13 ejemplares muertos electrocutados

Un águila perdicera.

Un águila perdicera.La Sabina

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La Asociación La Sabina ha hecho un seguimiento de las parejas de águila perdicera de toda la demarcación de Lleida. Se cuentan 9 parejas repartidas entre el Prepirineo (7 en el Montsec y cordilleras próximas) y el sur de la demarcación, además de las principales áreas de dispersión de jóvenes de la especie a nivel catalán en las grandes llanuras de los secanos de Ponent. Joan Rodríguez, técnico de fauna especialista en aves de rapiña, ha sido el encargado del trabajo de campo del proyecto haciendo un seguimiento de la temporada de cría con unos resultados "extraordinariamente buenos" con un total de 13 crías que han alzado el vuelo. En paralelo, se alerta de que en los últimos años sólo en el Segrià se han encontrado 13 ejemplares muertos electrocutados.

Según La Sabina, los principales problemas de conservación de esta ave de rapiña son debidos a las molestias durante la cría y la muerte de algunos ejemplares ocasionadas directa o indirectamente por el hombre. Entre las molestias durante la época de cría está la escalada cerca de los nidos, el paso frecuente de gente por el sector de cría (con especial incidencia de las carreras de montaña en plena época de reproducción) y más esporádicamente otras molestias como encuentros, celebraciones religiosas u obras de mantenimiento de infraestructuras cerca de los nidos. Las muertes directas hay que atribuirlas a la electrocutació en líneas eléctricas, a ahogos en balsas o a tiros durante la época de caza. Sólo en la comarca del Segrià se han encontrado 13 águilas electrocutadas los últimos años.

La Asociación La Sabina ha velado los últimos tiempos por la conservación de una pareja de perdiceras en la Noguera. El control de molestias cerca del sector de cría y la instalación de dos puntos de alimentación suplementaria han hecho que esta pareja pasara de fracasos reiterados a despegar una media de 1,4 piojos los últimos años (la media catalana se sitúa en los 0,7-0,8 piojos elevados).

Durante 2019 Sabina ha ampliado el proyecto de conservación en otros puntos de las comarcas de Lleida. Se han instalado un par de palomares: uno en una zona de presencia ocasional de perdiceras y otro en un territorio ya consolidado, en dos fincas con acuerdos de custodia. 

El proyecto de conservación del águila perdicera en Lleida se ha hecho con la colaboración del Cuerpo de Agentes Rurales y la asociación TRENCA, y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad.

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