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La sorprendente leyenda del Camino de Santiago en su tramo en Lleida: el Pie del Romero

El recorrido conserva entre Montserrat y Alcarràs una fascinante historia que une a los leridanos con una tradición jacobea de más de mil años

Un peregrino en un tramo del Camino de Santiago en Lleida.

Un peregrino en un tramo del Camino de Santiago en Lleida.Jaume Barrull Castellví

Lluís Serrano
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Un legado ancestral sigue vivo en las tierras leridanas. En el corazón de Catalunya, el Camino de Santiago despliega sus ramificaciones hasta los confines orientales de la península, donde la ruta catalana mantiene viva una de las leyendas más entrañables del peregrinaje: la del Pie del Romero. Esta historia, vinculada al paso del apóstol Santiago por tierras leridanas, constituye hoy uno de los principales atractivos culturales de un recorrido con más de 1.000 años de historia.

El itinerario entre Montserrat y Alcarràs, de 140 kilómetros de longitud, atraviesa seis comarcas catalanas (Bages, Anoia, Segarra, Urgell, Pla d'Urgell y Segrià), 30 municipios y 21 núcleos urbanos. Un trazado que sigue aproximadamente la antigua vía romana que conectaba Barcelona con Lleida y el histórico Camino Real de Aragón, paralelo a la actual N-II y autovía A-2.

La ruta catalana: un viaje por la historia medieval peninsular

El tramo leridano representa solo una parte del extenso Camino de Santiago catalán, que comienza oficialmente en Sant Pere de Rodes y La Jonquera (Alt Empordà) para recorrer todo el interior de la comunidad autónoma. Desde estos puntos, considerados el "finis terrae" nororiental de la península ibérica, la ruta se dirige hacia Vilabertran-Figueres donde confluye con el ramal procedente de Francia.

Los peregrinos que se aventuran por estas tierras disfrutan de un recorrido dividido en cinco etapas de entre 25 y 30 kilómetros cada una. El camino está salpicado de joyas arquitectónicas como el propio monasterio de Montserrat, la Seu Vella de Lleida, los centros históricos de Igualada, Tàrrega y Cervera, además de bellas iglesias románicas como Santa Maria del Camí o Sant Pere el Gros en Cervera.

La leyenda que desafía el tiempo: el Pie del Romero

Según cuenta la tradición leridana, el propio apóstol Santiago llegó a Lleida durante su peregrinación evangelizadora por la península. Tras detenerse para reponer fuerzas, continuó su camino al anochecer, cuando súbitamente sintió un intenso dolor: se había clavado un pincho en el pie.

La figura de Santiago de la capilla del Peu del Romeu en Lleida.

La figura de Santiago de la capilla del Peu del Romeu en Lleida.Itmar Fabregat

Lo extraordinario de esta leyenda reside en lo que ocurrió después. Los niños y niñas de Lleida, al enterarse del percance del santo, acudieron con pequeños farolillos para iluminar su camino. Gracias a esta ayuda, Santiago pudo extraerse la dolorosa espina y proseguir su viaje hacia lo que posteriormente sería Compostela.

Para conmemorar este episodio, se construyó una capilla donde puede contemplarse una imagen escultórica que representa el momento exacto en que Santiago se extrae el pincho, mientras un pequeño ángel le ilumina con un farol. Esta obra, salida de las manos del escultor leridano Jaume Gort Farré, constituye hoy un punto de visita obligada para los peregrinos que atraviesan la zona.

Raíces históricas del Camino catalán

La vinculación de Catalunya con el Camino de Santiago se remonta a los albores de esta ruta de peregrinación. De hecho, la primera peregrinación documentada desde tierras catalanas data del año 959, cuando el abad Cesari de Montserrat emprendió viaje hacia Compostela, en una época incluso anterior a la redacción del famoso Codex Calixtinus, la primera guía "turística" del Camino.

Durante los siglos XI y XII, coincidiendo con la consolidación del Camino, la relación entre Catalunya y esta ruta se intensificó. Un ejemplar del mencionado Codex se conserva actualmente en el Archivo de la Corona de Aragón, mientras que el Libro Rojo de Montserrat contiene numerosas referencias a peregrinos y peregrinaciones.

Ciudades como Barcelona, Tortosa y Lleida atesoran una profunda tradición jacobea. Tal era la importancia de esta ruta que, en 1157, el Conde de Barcelona creó un cuerpo especial de guías encargados de acompañar hasta Santiago a los peregrinos que entraban en la península por territorio catalán.

Un fenómeno cultural europeo con raíces en la Edad Media

El auge del Camino de Santiago comenzó en la alta Edad Media, a partir del siglo IX, cuando surgieron las grandes rutas de peregrinación de la cristiandad. Los papas decretaron bulas que concedían la remisión de los pecados (indulgencia plenaria) a quienes llegaran a lugares sagrados como Jerusalén y Roma, condición que posteriormente se extendió a otros enclaves como Sant Pere de Rodes y Santiago de Compostela.

Ya desde el siglo X, Sant Pere de Rodes constituía un importante destino para peregrinos, atraídos por las valiosas reliquias que albergaba, entre ellas la cabeza y el brazo derecho del apóstol San Pedro, según la tradición.

A partir del siglo XI, el Chemin de Saint Jacques se transformó en una de las rutas de peregrinación más relevantes de la cristiandad occidental y en un auténtico fenómeno cultural europeo. La leyenda afirmaba que en Santiago, Galicia, se encontraba la tumba de Santiago el Mayor, el pescador, el Hijo del Trueno, uno de los doce Apóstoles de Cristo.

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