El suau, la bebida refrescante de café y gaseosa que conquistó Catalunya y Aragón
Esta popular mezcla, conocida como la Coca-Cola de nuestros abuelos, sigue manteniéndose viva gracias a Suau Quim, que conserva su tradicional receta

Diferentes presentaciones del Suau Quim
El suau, una refrescante bebida tradicional a base de café y gaseosa, forma parte del patrimonio gastronómico de Cataluña y Aragón desde hace generaciones. Esta peculiar mezcla, que muchos conocen como "la Coca-Cola de nuestros abuelos", ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a elaboraciones caseras y a pequeños productores locales que mantienen viva su receta tradicional, como es el caso de Suau Quim, que continúa embotellando esta bebida de manera artesanal.
Originaria de zonas rurales, esta bebida se popularizó en las sobremesas familiares tanto en hogares como en masías y cafés de pueblo. El suau combinaba el sabor intenso del café con la dulzura y efervescencia de la gaseosa, creando una bebida refrescante con propiedades estimulantes. Aunque contenía café y por ello no solía ser consumida por niños, en ocasiones especiales se les permitía probarla como un pequeño ritual de iniciación al mundo adulto, haciéndoles sentir "mayores" por un día.
La preparación tradicional del suau es sencilla pero versátil, adaptándose a los gustos y costumbres de cada región. La base siempre incluye café, gaseosa, azúcar y hielo, aunque muchas familias añadían su toque personal con canela, vainilla u otros ingredientes "secretos" que hacían única cada versión. Las proporciones más habituales eran un cuarto de café por tres cuartos de gaseosa, pudiendo variar según la cantidad de hielo utilizada. El resultado final incluía una característica espuma con un sabor particularmente apreciado.
Historia y orígenes del suau
El origen del nombre "suau" (que significa "suave" en catalán) tiene su hipótesis más aceptada en la evolución popular de la marca comercial Zuavo, creada por la empresa Gili de Reus. Esta compañía, en un intento por comercializar esta bebida que ya era popular en los hogares, eligió el nombre de "Zuavo" en referencia a los soldados de infantería franceses reclutados de la tribu bereber Zwawa de Argelia. Este cuerpo militar, conocido por su valentía y con una imagen casi mítica, se expandió durante la primera mitad del siglo XIX por Estados Unidos, Brasil, los Estados Pontificios y el Imperio Otomano, e incluso participaron en algunas guerras carlistas en España.
La bebida embotellada por Gili se presentaba como "Ponche espumoso de café natural" y comenzó a fabricarse en 1928, manteniéndose en el mercado hasta los años ochenta. Con el tiempo, la denominación "Zuavo" derivó fonéticamente en "suau" en las comarcas de Tarragona y Terres de l'Ebre, mientras que en Lleida se la conoce como "Soldat", otra evolución del nombre original.
El suau representa un claro ejemplo de las tradiciones de elaboradores locales de aguas carbonatadas que existían por todo el territorio catalán y aragonés. Estos pequeños productores añadían sus propios toques a la mezcla básica de café y gaseosa, creando fórmulas a veces secretas que hacían única su versión.
Cómo se prepara el suau tradicional
La preparación del suau sigue siendo hoy tan sencilla como antaño. Los ingredientes básicos para elaborar esta refrescante bebida son: un café (35-40 cc), 150 cc de gaseosa, un sobre de azúcar (8-10 g) y 2 cubitos de hielo. Como complementos opcionales se pueden añadir azúcar de vainilla, canela en polvo o cacao en polvo, según los gustos personales.
El proceso de elaboración tradicional comienza preparando un café que se vierte en un vaso alto donde previamente se han colocado los cubitos de hielo. A continuación, se añade la gaseosa, forzando la formación de espuma, y se finaliza con un toque de canela en polvo. La bebida debe servirse inmediatamente, mientras la espuma aún crece. Cada persona puede añadir azúcar a su gusto, y tradicionalmente se sirve sin cuchara pero con pajita.
Este método de preparación, que ha pasado de generación en generación, permite disfrutar de las cualidades refrescantes y estimulantes del suau, especialmente apreciadas durante los calurosos veranos mediterráneos, cuando los agricultores solían tomarlo para recuperar fuerzas antes de volver al trabajo en el campo.
El suau en la actualidad
A pesar del auge de las bebidas industriales y los refrescos multinacionales, el suau ha conseguido mantener su espacio en la cultura gastronómica catalana y aragonesa. En 2025, esta tradicional bebida vive un cierto renacimiento gracias al interés creciente por recuperar sabores auténticos y productos locales con historia.
En Benissanet (Ribera d'Ebre), la marca "Suau Quim" continúa embotellando esta bebida de manera artesanal, comercializándola como "Refresco artesanal de café". Su distribución es principalmente local, pero representa un valioso testimonio de la persistencia de esta tradición que combina el café con la gaseosa de una manera tan característica.
La recuperación del suau no solo supone rescatar una bebida tradicional, sino también reivindicar un producto propio elaborado con ingredientes del territorio. En una época en que lo local y lo auténtico ganan importancia frente a lo global, el suau representa un ejemplo perfecto de cómo las tradiciones gastronómicas pueden adaptarse y sobrevivir en el mundo contemporáneo.
¿Por qué el suau sigue fascinando a nuevas generaciones?
El renovado interés por el suau puede explicarse por varios factores. Por un lado, la nostalgia y el valor emocional asociado a las recetas de nuestros abuelos juegan un papel importante. Por otro lado, su carácter refrescante pero estimulante lo convierte en una alternativa interesante a otras bebidas actuales.
Además, la sencillez de su preparación y la posibilidad de personalizarlo añadiendo diferentes toques de sabor hacen del suau una bebida versátil que puede adaptarse a los gustos contemporáneos. Su bajo coste y la accesibilidad de sus ingredientes también contribuyen a su permanencia en la cultura popular.
El suau no solo representa una bebida, sino todo un ritual social vinculado a momentos de descanso y convivencia. En una época en que buscamos reconectar con tradiciones auténticas, esta sencilla mezcla de café y gaseosa nos recuerda la importancia de preservar y valorar nuestro patrimonio gastronómico como parte esencial de nuestra identidad cultural.