Los municipios más pobres tienen más bares con tragaperras: "estas máquinas son la tormenta perfecta"
Un médico psiquiatra asegura que "la situación económica de la persona influye mucho en la adicción"

Imagen de una máquina tragaperras, un ejemplo de juego de azar.
Catalunya tenía un poco más de 28.000 máquinas tragaperras instaladas en establecimientos de hostelería, según datos de 2024 del Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat. La oferta sigue por debajo de antes de la pandemia y van bajando los establecimientos donde se pueden encontrar, pero, aún así, hay todavía un tercio de los bares y restaurantes del país con al menos una de estas máquinas. Y en los municipios con rentas por debajo de la media la oferta es un 40% superior a la de los municipios de más de 1.000 habitantes más acomodados. El médico psiquiatra especialista en adicciones Josep Maria Fàbregas corrobora que la situación económica de la persona “influye mucho en la adicción” en las máquinas, y lamenta la falta de “restricciones” ni controles en la hostelería.
“Las máquinas tragaperras son la tormenta perfecta" para las personas con problemas de adicción al juego, afirma Fàbregas. El psiquiatra recuerda que, a menudo, detrás del juego problemático hay situaciones de conducta impulsiva e incapacidad de dominar los estímulos y el deseo. Por eso lamenta que el acceso libre en locales de restauración “es muy potente, sin restricción ni control” y que por eso “las recaídas son muy altas” entre las personas con problemas de adicción. “Pueden jugar personas a que no tienen la edad o que reconocen problemas con la ludopatía”, remarca el doctor.
Fàbregas dirige un centro de investigación y tratamiento de adicciones en Dosrius, desde donde explica a la ACN que la ludopatía es la principal de las adicciones comportamentales que tratan. Aunque celebra que el número de establecimientos con máquinas recreativas va a la baja, considera que “la cifra sigue siendo estratosférica”.
28.150 máquinas instaladas en 15.502 establecimientos
Los datos obtenidos por la ACN a través de una solicitud de información pública al departamento de Economía y Finanzas cifran en 15.502 los bares y restaurantes con máquinas tragaperras el año 2024, que son el 33,6% de los establecimientos con licencia para tener. Por lo tanto, se puede jugar a juegos de azar con premio limitado en 1 de cada 3 de estos locales de restauración de Catalunya. Un porcentaje elevado que, sin embargo, hace 10 años lo era mucho más: se podía jugar en un 44% de los establecimientos, es decir, en 19.042 locales.
Con respecto al número de máquinas, a 31 de diciembre de 2024 hay registradas 28.150 máquinas instaladas (más casi 4.000 más en situación de ‘suspensión temporal’, y 168 embargados), que son unas 3.000 menos (un 10% menos) que las instaladas ahora hace una década.
Menos bares “de barrio” y más juego en línea, posibles explicaciones
Según la Asociación Nacional de Empresarios de Máquinas Recreativas de Catalunya (Andemar), la reducción de locales y de máquinas responde a una progresiva transformación del sector de la restauración, es decir, a la proliferación de establecimientos especializados (cafeterías, vinotecas, ejemplariza) en detrimento de los “bares de barrio”, aquellos donde más habitualmente se instalan este tipo de dispositivos.
Y eso que, como recuerda el presidente de la entidad Carlos Duelo, las máquinas siguen siendo “una pieza importante dentro de la economía de estos establecimientos. “Si no es el salario de un camarero, al menos cubre muchos de los gastos que tiene que cubrir el establecimiento”, estima el portavoz.
Tanto Duelo como Fàbregas apuntan también al auge del juego en línea, tanto entre los jóvenes como en otras capas de la sociedad, para ayudar a entender el ligero retroceso del juego presencial en locales de restauración.
Más incidencia en entornos con menos renta
Dos de cada tres municipios catalanes tienen algún establecimiento con al menos una máquina tragaperras. Eso son 600 municipios, de todas dimensiones y repartidos por toda la geografía catalana.