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Carla Gil, 27 años, joven agricultora orgullosa de serlo: “amo el campo, no volvería atrás ni de broma”

Dejó su trabajo como diseñadora en Barcelona para volver a su pueblo en Lleida

Carla Gil, en una imatge en la seua explotació de Montgai, on ha apostat per l’olivera. - JARC

Carla Gil, en una imatge en la seua explotació de Montgai, on ha apostat per l’olivera. - JARC

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Carla Gil es un ejemplo de joven payesa, con apenas 27 años, orgullosa de serlo. Se dedicaba al diseño en Barcelona, pero tuvo claro que su futuro pasaba por volver a casa, a Montgai, y por defender el producto de calidad propio, un aceite de finca, como explica, que es el orgullo que comparte con su padre, Jordi. Admite que “llevar una explotación agraria es una responsabilidad muy grande, te juegas el dinero, el patromonio familiar y todo en un sector muy difícil como el oleícola, donde los precios fluctúan muchísimo y es difícil jugar a pequeña escala, con 18 hectáreas de olivos. Pero tengo claro que este es mi sitio y no volvería atrás ni loca”.

Con apenas unas pocas palabras resume así lo que es ser agricultor, que apuesta por "la producción a pequeña escala y plantando cara a las grandes explotaciones cultivadas en sistemas intensivos y superintensivos". Su producto se comercializa bajo la marca Anècdota, un aceite que vende “de tú a tú en pequeñas tiendas”, lo que convierte a Carla Gil en una payesa ambivalente, porque combina su actividad en el campo con la comercial. Todo con un objetivo tan romántico como realista, porque su vuelta a los orígenes desde Barcelona se debió a la necesidad que como hija de tierra agraria se dio cuenta que en las grandes urbes no se llega a tener en consideración el valor del papel de los payeses.

Solo una de cada tres explotaciones agrarias de Lleida, gestionada por mujeres

Solo una de cada tres explotaciones agrarias leridanas que tienen una persona física al frente están gestionadas por mujeres, un dato que demuestra lo lejos que está el campo de acabar con la brecha en la actividad primaria, y el marcado perfil masculino del sector. Las últimas cifras oficiales publicada por la conselleria de Agricultura sitúan en 21.238 las explotaciones agrarias que existen en las comarcas de Lleida. De ellas, 3.384 están gestionadas por personas juríricas, mientras que 17.854 tienen al frente a una persona física. Prácticamente el 71% de estas últimas cuentan con un hombre como su máximo responsable, con 12.627 casos, mientras que apenas 5.227, lo que representa el 29,3 por ciento, tiene como referente a una payesa.

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