Así eran las monas de Pascua originales: ¿Todavía se venden en Lleida?

Las monas de Pascua originales, elaboradas con masa de brioche y decoradas con un huevo duro, están prácticamente desapareciendo del panorama gastronómico. Según confirman los profesionales del sector en Lleida, esta versión clásica del postre pascual ha cedido terreno frente a las elaboraciones de chocolate.

"El hecho de que lleve un huevo duro supone un problema para su elaboración ya que es un ingrediente muy controlado y Sanidad dictamina que debe ser pasteurizado", explica Toni Frias, presidente del Gremi de Forners Terres de Lleida. Esta exigencia sanitaria ha complicado la producción de las monas tradicionales, provocando su paulatina desaparición de los escaparates. Carles Ribes, presidente del Gremi de Pastisseria de Lleida, confirma esta tendencia: "Casi no se venden, la gente ya no las pide, aunque sean las de toda la vida".

El sector pastelero afronta la campaña con optimismo a pesar del significativo aumento en el precio del chocolate, que ha repercutido directamente en el coste final de las monas más demandadas actualmente. Este encarecimiento no parece estar afectando negativamente a las previsiones de venta, lo que demuestra el arraigo de esta tradición en la cultura gastronómica española.

¿Qué son las monas de Pascua y cuál es su origen?

Las monas de Pascua constituyen uno de los dulces más emblemáticos del período pascual en España, especialmente en comunidades como Cataluña, Valencia, Murcia y algunas zonas de Aragón. Tradicionalmente, este postre representa un regalo que los padrinos entregan a sus ahijados el Domingo o Lunes de Pascua, simbolizando el fin de la Cuaresma y la celebración de la Resurrección.

En su versión clásica, la mona consiste en una masa dulce tipo brioche, con forma circular, adornada con huevos duros, cuya cáscara solía teñirse de colores vivos. Con el paso del tiempo, esta elaboración ha ido evolucionando hasta las actuales versiones de chocolate con figuras decorativas, que han ganado popularidad especialmente entre el público infantil.

El nombre "mona" proviene probablemente del término árabe "munna", que significa provisión de la boca o regalo, reflejando la influencia cultural dejada durante la ocupación musulmana de la península ibérica. Algunos historiadores también relacionan esta tradición con antiguas celebraciones paganas de la primavera, posteriormente adaptadas al calendario cristiano.

Normativas sanitarias que afectan a la elaboración tradicional

Las regulaciones sanitarias actuales han supuesto un obstáculo significativo para la producción de monas tradicionales. La normativa española de seguridad alimentaria establece requisitos estrictos para el manejo de huevos, especialmente cuando estos forman parte de productos que no recibirán un tratamiento térmico posterior suficiente para eliminar posibles patógenos como la salmonela.

La exigencia de utilizar huevo pasteurizado ha complicado el proceso productivo de las monas clásicas. Este tratamiento, que consiste en someter el huevo a una temperatura controlada para eliminar microorganismos, altera ligeramente las propiedades del producto, afectando tanto a su aspecto visual como a la facilidad de manipulación durante la elaboración artesanal.

Además, los establecimientos deben mantener trazabilidad y control de temperaturas rigurosos, lo que supone una carga administrativa adicional que muchos pequeños obradores encuentran difícil de asumir para un producto con demanda decreciente.

El auge de las monas de chocolate frente a las tradicionales

El declive de las monas tradicionales ha coincidido con el ascenso imparable de las versiones de chocolate. Estas elaboraciones, más vistosas y con mayor atractivo visual, especialmente para el público infantil, han revolucionado el mercado. Las figuras de chocolate que adornan estas monas modernas van desde personajes de dibujos animados hasta figuras de deportistas o superhéroes, adaptándose a las tendencias y gustos contemporáneos.

El sector pastelero ha encontrado en estas creaciones una oportunidad para mostrar su creatividad y maestría técnica, desarrollando auténticas obras de arte comestibles que, en algunos casos, alcanzan precios considerables. Esta reinvención del producto tradicional ha permitido que la costumbre de regalar monas perdure, aunque transformada.

Sin embargo, la situación actual del mercado del cacao, con un incremento notable en los precios internacionales, está presionando al alza el coste de estas elaboraciones. Según fuentes del sector, el precio del chocolate ha experimentado aumentos de hasta un 40% en el último año, lo que inevitablemente se refleja en el producto final.

¿Por qué ha subido tanto el precio del chocolate?

El encarecimiento del chocolate responde a múltiples factores que han afectado a la cadena de producción global del cacao. Los problemas climáticos en las principales regiones productoras de África Occidental, especialmente en Costa de Marfil y Ghana (que representan aproximadamente el 60% de la producción mundial), han reducido las cosechas.

A esto se suman los efectos persistentes de las disrupciones logísticas post-pandemia, el aumento generalizado de los costes energéticos y de transporte, y la creciente demanda mundial de productos de cacao, especialmente en mercados emergentes asiáticos.

Los expertos del sector señalan que esta tendencia alcista podría mantenerse en el medio plazo, lo que plantea desafíos para los artesanos pasteleros, que deben equilibrar la calidad de sus productos con precios que resulten aceptables para los consumidores.