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La ladera junto a la presa de Rialb tiene filtraciones de agua desde hace más de 20 años

La ladera de la margen izquierda de la presa de Rialb sufre filtraciones desde hace más de veinte años. Las detectaron en 2004 y la CHE ha llevado a cabo desde entonces varias intervenciones para atajarlas. Técnicos de este organismo buscan ahora el origen de la vía de agua que mantiene la presa en emergencia desde el martes para poder sellarla.

Els treballs en la coronació de la presa per reparar filtracions a l’estrep del marge esquerre.

Els treballs en la coronació de la presa per reparar filtracions a l’estrep del marge esquerre.

Raúl Ramírez

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La ladera en la margen izquierda de la presa de Rialb sufre filtraciones desde hace más de dos décadas. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) las detectó en 2004, cuatro años después de finalizar las obras del pantano y en pleno proceso de su puesta en carga. Aparecieron cuando las aguas superaron por primera vez la cota de los 400 metros sobre el nivel del mar: cubrían 40 de los 96 metros de altura de la presa y sumaban unos 105 hectómetros cúbicos, alrededor de la cuarta parte de la capacidad del embalse.

 Desde entonces, las filtraciones se han repetido al alcanzar este nivel de llenado y ha habido intervenciones para tratar de atajarlas. Ninguna de ellas había llevado a aplicar planes de emergencia como el que está activo desde el martes.

La vía de agua que mantiene en emergencia la presa afecta al estribo de la propia infraestructura, que se asienta sobre la ladera que ha registrado filtraciones durante años. La CHE anunció ayer que sus técnicos “están diagnosticando las causas de la filtración para posteriormente poder sellarla”. 

Hasta entonces, mantiene el escenario 1 de emergencia, que exige la aplicación de medidas correctoras para garantizar la seguridad de la presa y regresar cuanto antes a la normalidad. Se considera que no supone riesgo para las poblaciones aguas abajo de la presa y permite mantener sin cambios todos los usos del agua.

Ingenieros de la CHE mencionaron el descubrimiento de las filtraciones en conferencias de las Jornadas Españolas de Presas de 2008. Entre ellos destaca Raimundo José Lafuente, que llegó a presidir el organismo de cuenca entre 2015 y 2018. “En la ladera de la margen izquierda de la presa se aforan filtraciones desde que el embalse superó la cota 411,0. 

Esta situación se ha incrementado a medida que el embalse ha subido su cota”, recogen las actas de las jornadas. Citan casos en 2004 y 2005, así como intervenciones para sellar las filtraciones con perforaciones y cemento inyectado.

Fuentes de la CHE apuntaron que las filtraciones no son algo excepcional en presas y su entorno y que las detectadas en la ladera de Rialb no impidieron la entrada en servicio del pantano.

El Canal d’Urgell alegará para evitar recortes

❘ Lleida ❘ La comunidad de regantes del Canal d’Urgell acordó ayer por unanimidad alegaciones contra la propuesta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de reducir la dotación de este regadío de los 9.000 metros cúbicos por hectárea y año actuales a 7.604, tal como consta en los documentos iniciales del Plan Hidrológico del Ebro para el periodo 2028-2030. Los regantes rechazan frontalmente esta reducción, al considerar que “no refleja la realidad productiva ni las necesidades hídricas actuales del territorio”.

Para contrarrestar la propuesta de la CHE, la comunidad cita el estudio elaborado por el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) sobre necesidades de riego que se presentó el pasado 21 de marzo en las jornadas Reg i Futur. Esta investigación concluye que los cultivos a pie de parcela requerían 9.194 metros cúbicos por hectárea y año en 2022, antes de la última sequía. La cifra se eleva a 10.816 se se suman pérdidas de caudal en el transporte y distribución. En ambos casos, es más que la dotación actual, que la CHE propone reducir.

La comunidad argumenta que, una vez modernizado el regadío, las necesidades serían de entre 7.334 y 7.969 m³/ha/año en 2040, pero el cambio climático las elevaría hasta un 11,2% hasta alcanzar una horquilla de entre 8.155 y 8.861. Es más que la dotación recortada que plantea la CHE.

Las alegaciones cuestionan también la metodología empleada para calcular la reducción de dotaciones, al considerar que no incluye variables como la diversidad de suelos y del clima, el tipo de cultivos o la eficiencia de los sistemas de riego. Asimismo, denuncia que los recortes más severos se plantean “en comunidades que todavía tienen riego tradicional” como el Canal d’Urgell. Por este motivo, el presidente de los regantes, Amadeu Ros, reclamó “acompañar y no penalizar a las comunidades que todavía deben modernizar su red de regadío”.

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